En esta época en la que reducir costes es nuestra prioridad como empresarios, simplemente con el objetivo de poder continuar con nuestra labor y que la compañía perdure, el recortar de aquí y de allá se ha convertido en una rutina casi obligatoria que no siempre beneficia sino que incluso, puede llegar a perjudicar y mucho. Este es el caso de cuando prescindimos de servicios profesionales que son fundamentales para el correcto desempeño de nuestra actividad pensando que, no solo seremos capaces de hacerlo bajo los mismos criterios de calidad sino que además, seguro que tenemos tiempo de hacerlo todo. Puede que con formación y dedicación pudiésemos encargarnos de tareas que antes no nos correspondían ni éramos habituales pero le estaríamos quitando tiempo y dedicación a aquello en lo que somos realmente buenos y que puede traernos más negocio.
Este es el caso últimamente de muchas áreas de nuestra empresa como comentamos pero quizás las que más lo están sufriendo son la comunicación y el marketing online. Si bien es cierto que en otras áreas ni nos planteamos tomar las riendas puesto que conocemos nuestros límites, en estas de reseñadas y que nos ocupa somos, como llamarlo, “más valientes”. Esto puede estar bien en un momento determinado para solventar un bache pero realmente, ¿me puedo ocupar de la comunicación y el marketing de mi empresa yo solo y prescindir del criterio y experiencia de un profesional?
La realidad es que con esfuerzo y ganas todos podemos hacer casi de todo pero es muy difícil llegar al mismo nivel de calidad que alguien que hace de esto su profesión en exclusiva y algo que no podemos olvidar es que, la comunicación y el marketing de nuestra compañía son los encargados de hablar precisamente de nosotros y eso, lo que se cuenta, dice y la imagen con la que salimos hacia fuera es la base de nuestro negocio. La reputación, una buena reputación, es básica para que podamos vender y aumentar nuestros ingresos por lo que, si lo descuidamos, no solo estaremos perdiendo nicho de mercado sino que incluso, puede incurrir en aspectos negativos proliferando una mala imagen de nuestro producto.
¿Yo puedo con la comunicación?
Ciertamente cualquier puede hacer una nota de prensa, enviarla a aquel medio en el que quiere aparecer y qué decir de hacerse cargo de las redes sociales de la empresa. Es cierto, todos podemos y es más que viable. Al fin y al cabo… ¿quién no sabe escribir sobre su propia empresa y marca? Esto es cierto pero la comunicación y el marketing no solo consiste en escribir unas líneas, enviar un mail o compartir una foto en Facebook. Hoy por hoy el contenido es el rey potenciado por la alta competencia que existe. Todos, en todo momento, generamos algo que compartir y que dar a los demás para leer con lo que, el tuyo, aquello que crees para que los demás lo consuman y lean, debe ser único, de valor, con una calidad excelsa, que capte la atención en el primer impacto y consiga que el usuario se quede contigo, que se destaque frente a la competencia… y qué decir de una nota de prensa cuando lo que necesitas es que realmente llegue al periodista en cuestión y además, este tenga interés en ella y publique tu historia. Esto, todo esto, es lo complicado y no se puede hacer simplemente con saber escribir o conocer el funcionamiento técnico de las redes sociales.
¿Realmente es tan complicado?
La comunicación corporativa es tan fácil o complicada como queramos verla. El verdadero éxito radica en que consigamos transmitir el verdadero valor de nuestra empresa o marca y que llegue al público objetivo deseado. Esto, es lo complicado y se necesitan años de experiencia, contactos en los medios de comunicación, conocer las vías adecuadas para no saturarlas y dar “en el clavo”, balancear cuál es el momento adecuado (pasa mucho en las presentaciones de producto o ruedas de prensa que no se tienen en cuenta otros eventos de la ciudad que tener ocupados a los periodistas y con ello restar presencia en nuestro acto) o como no, en las redes sociales, compartir contenido no relevante, no hacer las promociones de forma adecuada, no llegar al público y otras serie de circunstancias que un profesional puede evitar ya que conoce realmente lo que hay que hacer.
Entonces… ¿La hago yo o la subcontrato?
En cuanto a la pregunta inicial de si hacer uno mismo la comunicación de la empresa o delegarla a un profesional, la respuesta es clara. Siempre que se pueda, lo apropiado es confiar en un profesional porque en muchas ocasiones, lo barato sale caro. Puede que consideres que una nota de prensa puedes hacerla tu mismo y difundirla directamente y con ello ahorrarte parte del presupuesto pero, además del tiempo que inviertes en ello que podrías estar haciendo lo que realmente sabes hacer, seguramente la nota en si no cumpla con los requisitos muy específicos que debe cumplir y que se conocen después de mucho tiempo realizando este trabajo pudiendo incluso perjudicar el mensaje o la historia a transmitir y por supuesto, lo más complicado, conseguir que el periodista en cuestión la recibe y finalmente la publique realmente es una tarea ardua que requiere de mucho baggage. Por lo tanto, la inversión en comunicación es mínima comparada con el retorno para tu marca que puedes conseguir y siempre, elegir un buen profesional para que haga lo que sabe hacer nos ayudará a tener más éxito en la labor y nos ahorrará primero, posibles disgustos y después, saturarnos más aún con más y más que hacer que resulta tedioso dentro de lo mucho de lo que ya tenemos que ocuparnos.