Muchos consideran que para comunicarse en los medios y en las redes sociales basta con escribir un par de frases promocionales que exalten las características de los productos de la empresa o de los servicios que ofrecen al mercado, sin darse cuenta que no es cuestión de «escribir», sino saber qué y para quién escribir de forma que la comunicación sea exitosa.
Elaborar un material, bien desarrollado y que despierte el interés del público objetivo no es fácil y no se consigue en un día. Para ello es necesario conocer en profundidad a quién va dirigido el mensaje; y esto implica conocer cuál es su origen, su lenguaje, sus necesidad,… para que el mensaje sea bien recibido y suscite en el lector el interés de conocer más.
¿Cómo elaborar una comunicación exitosa?
Elaborar una buena comunicación requiere estudio, tiempo y paciencia. Se debe conocer en profundidad todas las respuestas que se puedan hacer con «¿Qué?, ¿A quién?, ¿Para qué?» como por ejemplo saber contestar a la perfección las siguientes preguntas:
- ¿Qué se va a comunicar?
- ¿A quién va dirigido el mensaje?
- ¿En qué medio se va a trasmitir el mensaje?
- ¿Cuál es el seguimiento que se debe realizar?
- ¿Cómo continuar?
La respuesta a las dos primeras pregunta se contesta tras saber para qué se va a comunicar, y es que el primer paso a dar es tener claro qué se quiere conseguir con la comunicación. El objetivo marcado de la comunicación trazará el camino de todo el ejercicio. Entonces, teniendo claro qué se quiere conseguir, se puede comenzar a elaborar el contenido alrededor del producto o servicio a comunicar y sabremos a quién dirigirlo para alcanzar el objetivo. Tras desarrollar las dos primeras preguntas, comienza la búsqueda de los mejores canales para hacer llegar el mensaje.
A las dos últimas preguntas se contesta una vez se ha hecho público el mensaje, es decir, hemos comenzado a comunicar. Considerar que tras comunicarnos el trabajo ha terminado es como no haber hecho nada, necesitamos saber cuál es el impacto ocasionado en el público objetivo para continuar con la línea trazada o en el caso de no haber recibido un feedback positivo, cambiar la estrategia de comunicación.
Si los datos del seguimiento son positivos y hemos alcanzado nuestro objetivo, el último paso es el más sencillo, replicar la estrategia en los medios de difusión instantáneos por excelencia en el siglo XXI, las redes sociales. Para ello, lo mejor es elaborar un calendario de publicación y contenidos para asegurar la continudad del mensaje sin duplicados y generando valor en el mismo.
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