Cuando las PYMES (pequeñas y medianas empresas) comienzan a generar ingresos suficientes para el mantenimiento de la actividad empresarial y dan paso a la etapa de crecimiento, suelen incurrir en errores comunes en el 80% de las empresas de nueva creación, menos de 2 años en el mercado.
Los 10 errores más comunes de las PYMES son:
1. Plan de negocios inconsistente
Realizar un plan de negocios es el primer paso para comenzar todo negocio. Este informe recoge todos los aspectos relacionados con la empresa, el mercado y la competencia. Un volumen elevado de PYMES carecen de un plan de negocios o bien por desconocimiento de su utilidad y creación o por mala decisión de inversión. Un plan de negocio debe ser creado por un especialista en emprendimiento que valore todos los aspecto de la empresa junto al futuro empresario.
2. Plan estratégico descuidado
Los planes estratégicos proporcionan la información necesaria para conocer cual es la tendencia del mercado, la competencia y las necesidades del público objetivo. No contar de con un plan estratégico actualizado y adaptado al mercado conlleva a que la empresa se paralice en un estado concreto que le impide satisfacer las necesidades del público objetivo, puesto que no tiene información sobre métricas de ejecución ni acciones para la renovación y mejora de la marca.
3. Inexistencia de imagen corporativa
Una buena imagen corporativa funciona antes los ojos del mercado como un sello de garantía. Contar con una marca que recoja los valores y la personalidad de la empresa genera confianza ante los clientes tanto internos como externo. Una imagen descuidada proporciona malas calificaciones y desconfianza por parte del mercado.
4. El dueño es el líder
Delegar es el punto fuerte de muchas empresas y el talón de Aquiles de muchos empresarios. Algunos empresarios creen que la empresa funciona solo gracias a ellos sin considerar la actividad y valía de los que les rodean. Tareas bien organizadas y delegadas = tareas bien ejecutadas. (Cualidades del CEO del siglo XXI)
5. Principalmente analógicas
Adaptar una empresa a las nuevas tecnologías es un inversión importante tanto en términos económicos como en eficiencia. Muchos empresarios se quedan en la cuestión económica sin considerar la mejora del negocio. Las herramientas tecnológicas y la era digital acercan a las empresas a las nuevas generaciones y convierten los procesos empresariales en metodologías más eficientes. La tecnologías es una inversión no un gasto.
6. Falta de renovación
El recurso más importante de las PYMES es el humano. El capital humano es el motor de toda PYME por ello, la falta de motivación y formación del personal conlleva a un punto muerto de mejora y crecimiento. Un equipo motivado, formado y contento es un equipo creativo e innovador.
7. Toma de decisiones precipitadas
Considerarse empresario por primera vez supone un aumento de adrenalina en la mayoría de los casos. La apertura de una empresa siempre es una celebración y una medida de éxito. Por ello, es muy importante controlar las emociones, ya que estas pueden llevar a los nuevos empresarios a tomar decisiones precipitadas y poco maduradas. El primer aspecto humano a aprender a canalizar en una empresa son las emociones.
8. Imprecisión económica
Los pagos pueden ser inversión o gasto. Es importante que los empresarios conozcan la diferencia entre ambos, y saber que toda empresa tiene pagos que asumir recurrentes a los que debe hacer frente mes a mes. El control absoluto de las finanzas es un punto ganado para dirigir una empresa consistente.
9. Descontrol de los recursos
Los periodos financieros existen en toda empresa, estos son llamados tiempos de bonanza, aumento de ingresos sobre la media, o vacas flacas, descenso de los ingresos por debajo de la media. El capital, es el recurso que mejor se debe gestionar para evitar la falta de liquidez. Una empresa controlada económicamente = una empresa solvente.
10. Errores en los conceptos
Si bien es cierto que las empresas se crean con finalidad lucrativa. Este no debe ser el punto predominante en las empresas. Un negocio debe tener una misión y una visión que se inculque tanto a los empleados como al empresario para que perdure en el tiempo. Las empresas deben tener un propósito social, personal o emocional que predomine y justifique las acciones tomadas para el crecimiento de la misma. Una decisión empresarial basa únicamente en el enriquecimiento es una mala decisión a largo plazo.