Disney es la gran factoría de sueños mundialmente conocida, al igual que su fundador Walter Elias Disney.
Cuando pensamos en el éxito, siempre quisiéramos descubrir cómo “la receta mágica” (estrategia) que lo llevó al éxito. Una estrategia es el arte de coordinar las acciones para alcanzar un objetivo, según la Programación Neurolingüística (PNL) se sabe que existe algo llamado modelaje, que no es otra cosa más que tomar un evento complejo o series de eventos y separarlos en suficientes unidades pequeñas que puedan ser repetidas de una forma manejable; y aquí nos damos cuenta que la estrategia es una parte importante en el modelaje de una conducta. La estrategia es como un programa de ordenador, te dice que hacer con la información que estas captando y como procesar esta información.
Lo que podemos aprender de Walt Disney es su estrategia de creatividad. Walt Disney no realizó su trabajo profesional en un lugar, sino en varios. Ante todo tenía reservados tres lugares distintos para la concepción de nuevos proyectos.
Disney exploraba algo desde tres diferentes posiciones perceptuales: el soñador, el realista y el crítico (aguafiestas). La creatividad involucra la coordinación de estos tres. Un soñador y un realista podrán crear cosas, pero puede que estas no sean muy buenas sin un crítico, ya que este último ayuda a evaluar y a refinar los productos de la creatividad (nosotros podemos generar muchas ideas pero no todas son buenas)
“La persona que está concibiendo la idea debe ver claramente en su mente cada elemento que lo conforma (soñador). Debe sentir cada expresión y cada reacción (realista). Debe tomar distancia suficiente de su historia para echarle una segunda mirada (crítico)”
Dominar esta estrategia de creatividad es sencillo. Para ello elija tres posiciones dentro de un mismo lugar o bien tres lugares distintos: uno como soñador, otro como realista y un tercero como crítico. Al tiempo, sea consciente de dónde y cómo sueña mejor, donde y como descubre mejor los planes realistas, y donde y como es capaz de hacer mejor la crítica constructiva. Soñar, quizá, lo pudiera hacer mejor tumbado o mirando por una ventana a lo lejos. Para la reflexión de la realización de los planes, quizá lo ideal sea sentarse en un escritorio y apoyar la barbilla en los puños. La crítica constructiva tal vez la hiciera mejor de pie, lo que le permite una mejor vista panorámica. Pruebe cual es la mejor manera para usted de soñar, planear y criticar.
Pero tras la creativa y ambiciosa misión de cumplir los sueños de todos sus fieles seguidores se esconde una inteligente estrategia de marketing que ha convertido a Disney en una máquina de generar beneficios económicos.
En la actualidad el marketing está asociado a las emociones. Pero las emociones son difíciles de crear, de alimentar y, sobre todo, de permanecer. Hacer marketing de emociones es algo parecido a hacer magia. Y en magia se apoya precisamente la estrategia de marketing de Disney. Hay mucho que aprender de Disney; presentamos seis lecciones a tener en cuenta.
- Presencia de marca: En Disney no se puede mirar para ningún lado sin toparse con los emblemáticos nombres y logos de la empresa. Eso sirve para que los concurrentes se rodeen de la experiencia Disney todo el tiempo; también sirve para fortalecer aún más el vínculo de la marca con su público para negociar posibles beneficios con aliados estratégicos que quieran poner su nombre al lado del de Disney
- Que los consumidores sean vagos no es malo: Disney es frecuentado mayormente por familias con niños pequeños que van todavía en cochecito, sus padres no parecen muy preocupados por seguir las indicaciones de dónde aparcarlos. En cualquier otro lugar esto podría resultar caótico, pero no en Disney. En los parques hay personas cuyo trabajo es organizar los cochecitos y ponerlos en fila. Si los clientes quieren ser vagos que lo sean.
- Acepte el dinero fácil: En Disney hay muchos paseos patrocinados por empresas que no tienen nada que ver con estos. No importa que no tenga mucho sentido, si alguien quiere patrocinar, es su dinero.
- No hay que ponerse en el camino de los consumidores: En todos los parques de diversiones se sacan fotos en las montañas rusas. En Disney hay una persona en cada atracción para responder preguntas. Tiene un doble propósito: para instar a las personas a comprar la foto, un ingreso extra, y para dificultar las cosas a aquellos que quieren sacar fotos de la pantalla y ahorrarse el dinero. Lo importante: no les impide sacar esa foto si lo desean, sólo se los hace más difícil.
- Conteste preguntas: Siempre hay personas que se sienten perdidas o que miran el mapa constantemente porque no saben bien dónde están. Se sienten nerviosos y eso no es bueno para el negocio. En Disney hay personas que están listas a responder preguntas y centros de información para dar respuesta a inquietudes.