Con más de 1.500 millones de usuarios activos al mes deberíamos pensar que una parte de estos podría ser –o ya lo es– cliente de nuestra empresa. Si tras analizar nuestro target podemos concluir que nuestro usuario se mueve por Facebook, una de las maneras más efectivas de llegar a él es mediante Facebook Ads, una herramienta muy sencilla –y rentable– para hacer publicidad.
La clave de su éxito está en las posibilidades que brinda de segmentar al máximo. Podemos discriminar por sexo, por edad, por intereses –se pueden incluir entre tres y cinco preferencias que puede tener tu público objetivo–, por ubicación geográfica. Esto nos permite afinar mucho en los mensajes y en las personas a las que llega. Es un factor muy útil si somos una empresa local que solo actuamos en un ámbito regional o si por el contrario tenemos un comercio electrónico e importa más el tipo de consumidor que el lugar de donde este proceda.
Lo primero que hay que hacer para arrancar es tener claras las metas y el presupuesto con el que contamos. Podemos buscar ‘me gusta’ para nuestra fan page, clics hacia la página web, seguidores en ‘Instagram’, la instalación de aplicaciones, etc. Eso depende de la estrategia global de marketing que nos hayamos planteado pero es de lógica que lo primero que hay que esclarecer es hacia donde nos dirigimos.
El otro punto es igualmente importante, los recursos económicos que se tienen. Facebook Ads es una opción válida prácticamente para cualquier tipo de compañía, pues se puede limitar cuánto queremos y podemos gastarnos en una determinada acción. Tal vez queramos distribuir dicho presupuesto a lo largo de un periodo de tiempo, unas semanas, un mes, depende, o bien concentrarlo todo en el mismo día, hasta que el saldo se termine. Si nuestra idea es lanzar ofertas y promociones nuevas diariamente, esto nos permite acotar la inversión para distribuir los recursos mejor.
¿Y qué tipo de publicitario nos puede convenir más? Se puede optar por textos descriptivos, vídeos e imágenes o llamada de atención –‘Regístrate’, ‘Compra ahora’, ‘Descarga’, ‘Comparte’, etc. Todo depende de los objetivos de la acción y de qué es más efectivo en base a ellos. Facebook suele ofrecer varios tipos de promos:
- Interacción con una publicación en concreto, destacándose un contenido o actualización de estado que se publicara en la fan page.
- Promoción de la página, cuando lo que se quiere es aumentar en número de seguidores.
- Historias patrocinadas. Interesantes para dar a conocer la marca, productos o servicios.
Llegados a este punto, suponiendo que ya nos hayamos lanzado al universo de los anuncios en esta red social, debemos monitorizar resultados. ¿Se están consiguiendo los objetivos? Podemos comprobar cómo evoluciona la acción en tiempo real, para analizar si se está consiguiendo la tasa de conversión esperada o si hay que cambiar los pasos y modificar el contenido o el formato, depende. Esto lo da la flexibilidad de Facebook Ads, que es uno de los aspectos que hacen más interesante y eficaz esta herramienta.