En línea con el artículo anterior, en el que explicamos cómo no hacer una nota de prensa, hoy seguimos hablamos de cómo no hacer las cosas. Vamos a hablar de qué errores no cometer en marketing digital.
Como cualquier empresa (y persona), todos cometemos errores. A veces es por falta de tiempo, otras por presupuesto y otras por falta de recursos y preparación. La lista que hemos recopilado cuenta con errores que pueden comenzar a resolverse sin grandes costes. Pero por supuesto, profesionalizar cualquier negocio siempre nos costará dinero en algún punto.
En esta lista vamos a explicar los errores más comunes y cómo evitarlos:
1. No definir el público objetivo del negocio
La forma de comunicarte con tu cliente depende completamente de quién sea. Definir el público objetivo es una de las primeras tareas que deben completarse cuando se crea un negocio. Sin embargo, cuando pasa el tiempo nos encontramos entonces con dos errores.
- Con el tiempo, el público objetivo de nuestro negocio se define y se vuelve más real, por lo que tenemos que adaptarnos a él y no seguir actuando de la misma forma.
- Por otro lado, tenemos el error de nunca definir del todo nuestro objetivo y crear estrategias que no se aplican a los clientes que queremos.
Tanto en un caso como el otro hay que tener algo en cuenta: el público objetivo se define desde el principio y se utiliza la medición y los KPIs para saber si debemos modificar nuestra estrategia o no. ¡No hay que tomar decisiones a lo loco!
2. No conocer el proceso de compra del cliente: Customer Journey
En relación al error anterior, a veces conocemos a nuestro cliente, pero no por dónde pasa antes de comprar.
Conocer el Customer Journey y estudiarlo es esencial para conocer mejor a nuestros usuarios. Muchas empresas se conforman con saber que el cliente compra. A veces sabemos qué problemas han tenido porque acuden a nosotros. ¿Pero qué hay del resto? ¿Dónde empiezan? ¿Qué es lo que les hace decidirse a comprar? ¿Dónde nos encuentran? ¿Repiten?
Fuente: Doppler
Todo esto forma el proceso de compra del cliente o customer journey. Sus fases son conciencia, consideración, compra, retención y recomendación. Cuando entendemos en qué fase está un usuario, podemos tomar decisiones acordes a su recorrido.
3. Saltarse el plan
¿Los planes están para seguirlos? Sí.
¿Los planes son entes superiores inmodificables a los que seguir ciegamente? No.
¿Está bien aprovechar esto para saltarnos el plan cuando nos conviene? NO.
Hemos hablado otras veces de cómo hacer un plan anual de comunicación y sabemos que es una tarea ardua. Es imposible planificar un calendario de acciones y presupuestos que no vaya a cambiar en algún momento. Nunca sabemos qué nos va a deparar el año (que se lo digan a 2020).
Sin embargo, debemos ceñirnos a lo decidido lo máximo posible o todas las tareas comenzarán a retrasarse indefinidamente. Cuando cambiamos de tareas constantemente, todo parece urgente. Y cuando todo es urgente, nada lo es realmente.
Cuando todo es urgente, realmente nada lo es.
Hay que seguir el plan de comunicación y marketing, pero con cabeza.
4. No pensar a largo plazo
El plan de marketing está enfocado a ventas en el futuro cercano. El plan de comunicación está orientado a definir la imagen de la marca a largo plazo.
Es esencial tener en cuenta que todo lo que hagamos nos afectará en el futuro. Todo lo que no hagamos también.
Por ejemplo, en Comunicae siempre recomendamos utilizar varias notas de prensa en vez de una. Y no, no es porque nos conviene. Es porque un plan de comunicación que no piensa a dos o cinco años vista no será efectivo en ningún momento. El final del año es un gran momento para comenzar a definir la estrategia del siguiente, pero es necesario pensar más allá.
5. No medir el tráfico orgánico
Uno de los errores más comunes de las empresas es centrarse sólo en las conversiones o en el tráfico generado por publicidad.
Muchos de los problemas de raíz que tienen las páginas web pueden detectarse gracias al seguimiento de las visitas orgánicas. Los problemas pueden darse tanto a nivel diseño como en experiencia de usuario. Cómo llega un cliente a nuestra web o en qué página abandona son grandes indicadores de la salud de nuestra web.
6. No crear contenido
Ya tenemos una página web estupenda… ¿Y ahora qué?
Si nos hemos quedado en ese momento, el peor error que podemos cometer es no crear contenido que complemente a nuestra marca. Un blog para hablar de nuestra empresa, sus novedades, el sector y educar a nuestros lectores es siempre una gran idea. Si vamos más allá, podemos crear estrategias personalizadas para nuestras redes sociales, crear vídeos, webinars e incluso ebooks.
7. No actualizar la web de la empresa
Como decíamos, las redes sociales o ebooks son una gran opción. Pero no debemos olvidar la propia web.
Las páginas estáticas tienden a ser olvidadas porque no requiere trabajo cambiar continuamente los contenidos, como en el caso de un blog. Aun así, es imprescindible revisarla cada poco tiempo para ver que no haya errores, faltas de ortografía, imágenes y enlaces rotos o información desfasada.
Si se acumula, nos encontraremos con una página cero atractiva para el cliente y perderemos mucho tráfico con el tiempo.
8. No trabajar los leads
Los leads son aquellos usuarios que han mostrado interés en nuestra empresa. Gracias a formularios u otros tipos de contacto, contamos con sus datos básicos: nombre y email.
Existen mil motivos por los que podemos conseguir un lead: un día preguntaron una duda sobre nuestro servicio. Querían saber cuánto costaba un producto. Estuvieron a punto de comprar pero decidieron que no era el mejor momento. Se descargaron uno de nuestros ebooks.
Como ves, las decisiones para contactarnos son diferentes… ¡Y por eso hay que tratarles de forma diferente!
Muchas empresas cuentan con bases de datos de leads que un día llegaron, pero nunca más se supo. Al no organizar y trabajar esta base de datos, perdemos la posibilidad de establecer una relación con ese potencial cliente.
Por ejemplo, el cliente que estuvo a punto de comprar puede haber cambiado ya de idea. Si no le sigues la pista, perderás esa compra.
U otro caso: es más que posible que el usuario que se descargó la guía no quiera nada de tu producto todavía. Pero si le envías más información útil, te acabará viendo como un contacto de confianza al que acudir cuando realmente necesite tu servicio.
El mundo de los leads es complejo y peligroso, ya que podemos pasar de ser una ventaja a una molestia en un solo mail. Pero recuerda: no debemos perder esas oportunidades.
9. No ofrecer promociones
Hace poco hablábamos de las estrategias de precios y cómo afectan a las promociones que ofrecemos.
Aunque nuestra empresa tenga unos márgenes ajustados, de vez en cuando es beneficioso ofrecer algún tipo de promoción especial limitada en el tiempo para comprobar si nuestros clientes tienden a comprar más cuando hay ofertas.
Si se hace bien, podemos aprender mucho de nuestro público objetivo y modificar acorde a los datos que hemos sacado del experimento.
Épocas de rebajas como el Black Friday o verano son un buen momento para probar, así como días especiales en tu sector.
En definitiva…
Los principales errores a los que se enfrentan las empresas comienzan con el público objetivo y el customer journey. No establecer quiénes son y por dónde pasan nos hará perderlos como clientes.
Además, una página web debe estar actualizada (aunque sea dinámica). No crear contenido adicional, como blog, vídeos o ebooks es un error a la larga, ya que se tratan de grandes técnicas de atracción de usuarios.
Por último, no trabajar los leads lleva a una base de datos caótica de la que no se podrán sacar oportunidades comerciales más adelante.
Esperemos que este listado os haya sido de utilidad. ¿Qué otros errores consideras que hay que evitar a todo coste? Cuéntanos en los comentarios. ¡Te leemos!